Día 122 – El empate –

Cuando parecía que el día me estaba paseando, que el malhumor iba a ser el único protagonista de la fecha y que la cara de culo me iba a ganar por goleada, aproveché el entretiempo e hice unos cambios de táctica. Volví de almorzar, me relajé y me puse a bajar un disco (si sos del FBI, SADAIC o la AFIP deberás entender ¨me baje¨como el acto licito de comprar en los medios reglamentarios y habilitados para tal acto).

Después de unos 65 minutos reglamentarios que por momentos amagaron con extenderse hasta 128 y por momentos reducirse a sólo 11 los 58MB se descargaron en una computadora a la que le queda 1GB de memoria y que no puede tener más de tres programas abiertos a la vez. Antes de escucharlo y como para que no quede duda alguna de los lineamientos obsesivos que tengo descargué la tapa, porque creo que sin ella el disco está incompleto.

Puse play y volví a salir a la cancha. En el segundo tiempo el juego fue otro, y si bien debo decir que con un disquito no le ganas un día al mal humor por ahí se lo empatás y por lo menos fue eso lo que a mi hoy me hizo un poco feliz.

El disco en cuestión fue Grrr de Bishop Allen, recomendable.